11/12/07

Cómo llegué hasta aquí


Aparentemente nací normal y como todos los niños cuando llegan, mi llegada causó una conmoción tremenda acompañada de una alegría absoluta.

Pero a la semana de nacido comenzó a verse un sangrado leve en mi pañal que iba aumentando, cuando cumplí dos semanas me dió un resfriado bastante fuerte por lo que mis papás llamaron al médico quién aparte del resfriado les dijo que hicieran un análisis del pañal. Los resultados fueron confusos, ninguna infección pero muy baja cantidad de plaquetas en la sangre.

Así comenzó todo: una historia de varios internamientos en clínicas, varias transfusiones de sangre y plaquetas, si crees que es difícil encontrar las venas en una adulto trata de hacerlo en mi brazito, tenían que pincharme varias veces en cada brazo y pierna hasta encontrarla. Dos endoscopias y dos colonoscopias (una sonda que entra por el recto para ver como está mi colón) pues el sangrado era producto de una alergia tan seria que había dañado totalmente la mucosa que cubre mi colón.

Finalmente una esperanza, un exámen de médula ósea que reveló que no había sido invadida aún por células de cáncer, pero aún así no había aún nada claro.

Luego, se presentó otro problema, un eccema (una especie de seborrea) en la cabeza y una llaga sangrante en el ano. Desde un principio mis papas pensaron que tenía algo que ver con una historia que circulaba en la familia acerca de dos hermanos mi mamá que habían fallecido que síntomas similares antes de cumplir un año.

Finalmente por sugerencia del pediatra hematólogo que me atendía (gracias Dr. Massa) me llevaron a un especialista en Estados Unidos, el Dr. William Slayton del Hospital Shands y finalmente dieron con mi diagnóstico Síndrome de Wiskott Aldrich, más conocido y temido en todo el mundo por sus siglas WAS.